El impacto de la salud mental en la gestión de packaging: una resolución clave para 2025

Por Sarah Elmoubarak Grenet
Growth Director en MyMediaConnect

(Todos los verbatims son reales, recogidos por Sarah durante conversaciones con clientes potenciales).

El inicio de un nuevo año nos invita a reflexionar sobre las prácticas laborales que queremos mantener y aquellas que necesitamos transformar. En el día a día de la gestión de packaging, donde la precisión es esencial y los plazos son ineludibles, los empleados viven una realidad contradictoria. Mientras ejecutivos y líderes afirman que todo está "bajo control", quienes trabajan directamente en los proyectos, enfrentan una presión diaria que afecta profundamente su salud mental.

“Todos los días me voy a dormir pensando que me van a despedir”.

Testimonios como este reflejan un nivel de ansiedad que no solo es alarmante; también revelan un problema estructural que va más allá del rendimiento individual.

2025: un año donde priorizar salud mental y eficiencia

El año anterior dejó claro que los problemas de salud mental derivados de procesos ineficientes no son casos aislados, sino una tendencia preocupante. Los últimos estudios apuntan a un incremento en el estrés, la ansiedad y el burnout, afectando no solo a los empleados, sino también a la sostenibilidad de las empresas.

El packaging, un elemento esencial en la industria farmacéutica, no es ajeno a esta problemática. Un empleado de marketing lo expresa claramente: “Todo es un control descontrolado, la comunicación es complicada por mail y Excel, esto genera ansiedad. No está bien”.

Para este nuevo año, el reto no solo radica en cumplir con plazos y estándares regulatorios, sino en garantizar que los procesos sean sostenibles tanto para las empresas como para las personas que los ejecutan.

La trampa de los procesos manuales

“Todo se hace por email, PowerPoint, Excel y Teams, necesitamos más visibilidad y trazabilidad en los proyectos”.

Desde regulaciones estrictas hasta la coordinación entre múltiples departamentos y países, el flujo de trabajo debe ser impecable para evitar errores costosos. Sin embargo, los procesos manuales, dispersos y poco transparentes se interponen en el camino. Esta dependencia de herramientas tradicionales lleva a situaciones como la descrita por otro colaborador: “Si me voy media hora, se llena mi bandeja de 50 correos más, me estresa mucho”.

Las consecuencias de este caos no se limitan al impacto individual. Errores en el diseño de un packaging, versiones incorrectas o retrasos pueden generar problemas serios con las autoridades regulatorias, poniendo en riesgo la capacidad de exportación de los productos. Como señala otro testimonio: “Tener al día el packaging es esencial para vender al extranjero y evitar problemas con las autoridades”.

Cuando el volumen crece, la salud mental se resiente

El estrés alcanza niveles críticos en contextos de fusiones o expansiones. Un trabajador lo describe así: “Ahora que mi empresa acaba de comprar otra empresa, ha crecido muchísimo el volumen de etiquetas, es exponencial y desborda. Es demasiado”.

La falta de herramientas adecuadas convierte los errores humanos en inevitables. Un empleado nos comparte: “Quiero agilizar el hecho de identificar errores y cambios para que no sea todo manual y por emails”. Y otro admite: “Toda la gestión y el control de los proyectos está en mí, quiero dormir mejor por la noche”.

¿Qué lecciones llevamos a 2025?

La salud mental en el trabajo no es solo una cuestión de bienestar individual; afecta a toda la organización. Los empleados bajo estrés crónico no pueden rendir al máximo, lo que, irónicamente, puede poner en riesgo los mismos proyectos que intentan proteger.

Los líderes tienen un papel crucial en cerrar esta brecha entre percepción y realidad. Si bien es alentador escuchar que “todo va bien” desde las altas esferas, las cifras de estrés, ansiedad y burnout cuentan otra historia. De cara a un nuevo año, las empresas deben plantearse cómo evitar repetir los mismos errores y qué medidas implementar para garantizar que el bienestar de los equipos sea una prioridad.

De la gestión manual a la optimización inteligente

En este contexto, plataformas como MyMediaConnect ofrecen una solución estratégica para 2025. Si bien no es el único camino, la adopción de herramientas que permitan trazabilidad, automatización y visibilidad puede marcar la diferencia entre el caos y la calma.

Un colaborador lo resume así: “Tenemos diferentes últimas versiones entre Marketing y Calidad, queremos saber cuál es la última”. Estas ineficiencias, aparentemente pequeñas, escalan en un entorno con 100 o más proyectos simultáneos. Como lo expresa otro empleado: “Tengo 100 proyectos que gestionar dentro de una misma iniciativa. Y necesito orden para ver dónde están”.

Construyendo un futuro más saludable

2025 tiene el potencial de ser el año en que se priorice la salud mental en el lugar de trabajo como un pilar clave del éxito empresarial. Y es que la sostenibilidad no solo se mide en resultados financieros, sino también en el bienestar de las personas que hacen posible esos resultados. La salud mental en el entorno del packaging no debe ser una preocupación aislada ni una consecuencia inevitable de trabajar en un sector tan exigente.

Con los procesos y herramientas adecuados, es posible aliviar la carga emocional de los equipos, mejorar la productividad y, sobre todo, construir entornos de trabajo sostenibles. La solución no está en pedir más horas o más sacrificios, sino en cambiar la forma en que trabajamos para que todos, desde el ejecutivo hasta el operador, puedan dormir tranquilos por la noche.

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